Un tallo con dos rosas | por Williams Viveros
Hablar de “Juntas y revueltas” (La Joyita Cartonera, 2015) a priori parece un desafío, ya que son dos voces que se mezclan, compenetrándose de tal manera que un texto te lleva al otro, en una tinta que no se corta. Pasamos sus páginas sin dar espacio a que sus autoras: Victoria Ramírez y Liz Gallegos suelten sus manos, pero siempre con sus personalidades marcadas al escribir.
Se nota el trabajo en
conjunto, cada texto encaja perfectamente en su lugar, nada es al azar, desde
el primer poema llamado “Amor” -sombra desesperada que expresa la muerte de
este sentimiento- hasta el último texto “Tres Rosas amarillas” -delicadeza que
nos reta en la búsqueda de una belleza superior.
Entremedio se
atrevieron a escribirle a “Lucy”, una suerte de matriarca de la femineidad. También
hacen apología al erotismo. Una en cada esquina de la mesa gritando el placer
de la carne, jugando a ensalivar al que toma el libro, tirando cada una de la
mano del lector para que se quede con ellas. Esta es la parte del texto en que cuesta
imaginarlas juntas, más las veo sacando los colmillos para ver quién da la
mascada más grande en la imaginación del lector.
En el capítulo dedicado
al “Dolor” nos quedamos a oscuras, transmiten un llanto que insta a dejar la lectura. Y es que ambas traspasan
fuertemente esa carga emocional entre ellas y hacia los lectores. Aparecen en escena
compartiendo la misma copa de vino, escupiendo vivencias, la misma copa con
distinta saliva: “Sacrifico mi alma ante el holocausto, descalza y ciega sobre
el pantano camino sobre cadáveres, consumidos por el fuego eterno del infierno”
dice Liz y retumba la respuesta de Victoria: “Tiene que haber una mejor
definición de soledad, para vestir las
letras de lo que siento esta noche...”, continúan su diálogo hasta acabar la
botella y pasar al siguiente capítulo.
Este poemario tiene dos
ediciones. La primera en formato tradicional y la segunda en formato cartonero
con “La joyita Cartonera”. En esta última, usan collage en las portadas haciendo
de cada libro un objeto de colección, cada uno diferente al anterior, con una
personalidad irrepetible. Las autoras son atrevidas al presentar la edición cartonera
en busca de nuevos lectores, para llevar su poesía donde el formato tradicional
no llega.
A título personal les
recomiendo la lectura de esta obra, cada uno de sus capítulos endulzará a dos
voces sus emociones.
Williams Viveros
Es estudiante de derecho y escritor. Ha publicado su obra con La Fonola Cartonera, Opalina Cartonera y La Grullita Cartonera. Destaco sus crónicas, en las cuales el hablante está involucrado con la cotidianeidad de la ciudad y sus complejidades; desde la lucha del ser humano por sus derechos y libertad fundamentales, así como el compromiso con las minorías de género.
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