Santiago, 13 de Julio de 2015.
¿Quiénes son los personajes
centrales de la obra de Eliza Adonis?
Nosotros, los héroes. Nosotras, las
heroínas.
En marzo de 1937, la experimentada aviadora
estadounidense Amelia Earhart, inicia un viaje alrededor del mundo por sobre la
línea del Ecuador, a bordo del aeroplano Electra 10E. Sería la primera vez que
una mujer realizara esta hazaña, sería la primera vez que se volara de esta
forma alrededor del globo. Los primeros días de Julio, reportó su posición
cerca de las islas Nukumanu en dirección a la Isla Howland, en el Oceáno
Pacífico Norte. Había completado 35 mil Kms. de vuelo y restaban 11 mil Kms.,
cuando desapareció. Se inició una búsqueda autorizada por el
presidente Roosevelt, con una flota de 9 barcos y 66 aviones, la que duró un
par de semanas y fue abandonada cuando ya no había esperanzas de encontrarla. A
los cuarenta años de edad, se convirtió en uno de los mayores misterios de la
aviación.
Amelia Earhart se apodera de nuestro
sujeto poético, para aterrizar de emergencia en nuestro territorio. El sonido
del motor del Electra surca de improviso el cielo, y luego desciende controladamente
para hacer contacto con nuestro territorio personal. Quien desciende es una Amelia
reflexiva, en busca del merecido descanso, pero que anhela el vuelo como parte
de la vida. Para la heroína toda conexión con los otros es una hazaña que no se
ha realizado antes.
Los versos “escribimos/ hacia un vacío seguro/que nos desaparece del mapa/ en un abrir
y cerrar de ojos/ nos devora un territorio imaginario” nos dan una pista y nos sitúan en una
atmósfera de vértigo y aventura. Cuando la autora escribe “todo es tan perfecto/ a bordo de este avión/ todo es/ un perfecto
desastre”, caemos en la cuenta que también nosotros estamos participando de
este desastre, viajamos, formamos parte del plan y no tenemos destino.
La o las heroínas de este poema en
ocasiones se atreven a dar un salto al vacío “salto de vacío en vacío/ para quitarme el gusto del corazón/ que me
sabe amargo”, porque se toman las relaciones como una misión imposible en
la que irremediablemente no hay “punto de
retorno”. Hay mucha soledad en estos versos “es tan fácil estar sola y ser un desastre” “hemos vivido en diagonales/ te digo/ en nomadía/ Hemos vivido
haciéndonos el quite/ me explico/ hemos vivido en fugas paralelas/
completamente perdidos/ el uno del otro/ y solos”.
Eso que éramos antes del salto, ya
no es más. A veces debemos morir para renacer, como la semilla que se hunde
para germinar. De ahí que en este viaje no hay manera de llegar a casa, el
espíritu humano debe moverse aunque “la
cuestión era perderse desde el principio”. El sujeto poético sabe la
inutilidad de su oficio “ningún texto
vale la proeza, ninguna proeza vale, pero se juega como si valiera la pena
escribir el paréntesis”.
Una idea: Heroína es un viaje
realizado/experimentado en tres métodos/capítulos: I. volar batiendo las alas,
ii) volar a favor del viento, y iii) volar a merced de un mecanismo. Amelia
Earhart parece haberlo vivido de manera inversa, iniciando su viaje a merced
del mecanismo del Electra. En busca de ese fluido estado de volar a favor del
viento, y terminar batiendo las alas para volverse liviana. Nosotros los héroes
y nosotras las heroínas, ¿de qué manera haríamos la hazaña para completarla y
dejar de buscar una isla donde aterrizar en cada nuevo ciclo?
Comentarios
Publicar un comentario