¡Welcome, compañero!
El 15 de Julio de 2015 se presentó en Iberoamérica el poemario "Tudo lo que você non sabe es más que todo lo que você sabe", del poeta brasileño Douglas Diegues. La publicación a cargo de Vento Norte Cartonero (Brasil), involucra una alianza internacional con las cartoneras La Joyita (Chile), Casimiro Bigua (Argentina), Karakartón (Islas Baleares), La Regia (México) y Cartonazo (Perú). El lanzamiento en Chile se realizará durante la III Fería Internacional de Editoriales Cartoneras, en la Biblioteca de Santiago (2, 3 y 4 Octubre de 2015).
Eduardo Embry*
(desde
Inglaterra)
La poesía de
Douglas Diegues que aquí se presenta es un tipo de poesía altamente original
que se gesta, paradojalmente, en la sociedad global en la que su autor está
inserto. Se trata, pues, de una poesía que el lector o el oyente podrá apreciar
como esencialmente narrativa, destacando en ella la voz poética principal,
resuelta e iconoclasta; una primera persona que va dando cuenta de las
características de sus héroes y antihéroes, de su mundo personal y único. Así
también da cuenta de la esfera socio-cultural de una sociedad de masa globalizada,
en un ambiente muy especial: el de la triple frontera. Ambiente que se
evidencia de modo transparente en los textos de Douglas Diegues: de cómo el
mundo de los piratas, de los falsificadores, de la corrupción, no siempre fue
un mundo de maldición, más bien de sobrevivencia juvenil, pues gracias a esos
falsificadores la juventud de entonces pudo tener –a precio módico– los
aparatos electrónicos, los históricos “CD”, que les llevaban la música y los
ritmos de importación de moda en las grandes capitales del mundo.
Así, desfilan
por estos versos los rebeldes de la música de los setenta, cantantes y músicos,
actrices, futbolistas y políticos, en medio de aquel mundo infernal semejante
al de Dante, sin esperanza, donde –en lo más alto de la pirámide social– ante
la anarquía y la miseria, nadie parece salvarse, excepto un puñado de artistas
y poetas, los héroes de nuestro poeta, como fueron B.B. King –compositor
estadounidense, recientemente fallecido, considerado como uno de los músicos de
blues más influyente de todos los tiempos. Lo mismo, Albert y Freddy King,
guitarristas famosos, inmortalizados por los Beatles en su canción “Dig it”
(1970). El poeta Douglas Diegues rinde homenaje a estos héroes de su juventud
en el poema melancólico “Carta a los piratas que creen el Rock and Roll en la
Triple-frontera”, lugar selvático y fronterizo de Brasil, Paraguay y Argentina;
hábitat natural donde convergen diversas etnias autóctonas y descendientes de
españoles y portugueses peninsulares: brasileños, argentinos, paraguayos,
italianos, chinos y coreanos… es una zona donde todo se falsifica: enseres del
hogar, electrónicos, etc. Por esto es el elogio de este poeta a los “piratas”,
puesto que fueron “los proveedores” de aquellos “naqueles días” en que se podía
adquirir los CD de los King, especialmente “Los reyes de la guitarra”, aunque
estos “high ways fakes” fueran de fabricación pirata provenientes de
fábricas clandestinas instaladas “en el
fondo del patio” de alguna casa del lado de la frontera del Brasil.
Al lado de los
señalados y magníficos referentes de la música rockandrollera de aquellos días,
aparecen también los poetas preferidos de la juventud rebelde de todos los
tiempos, por nombrar algunos: Álvaro Campos, famoso por su desafiante poema
escrito en portugués peninsular contra la hipocresía de su tiempo, el “Poema em
línea re(c)ta”; Nazim Hikmet, que tiene la gloria de haber rescatado en su
poesía momentos clave de la dura experiencia política y social de comienzos de
las primeras décadas del siglo XX, uniendo, de modo dialéctico, elementos
sentimentales, románticos y eróticos de la vida íntima del poeta. Por último:
dos poetas más –entre otros que se pueden mencionar: Charles Baudelaire, con su
conocido poema “El albatroz”, y la obra global, dispersa en mil fragmentos
laudatorios de la poesía de Leopoldo María Panero, en varios poemas que aquí se
presentan. Todos estos destacados artistas y escritores que se mencionan,
constituyen importantes referentes que, en el proceso de construcción de esta obra,
el poeta cartonero apropia como suyos, con poema y todo: simplemente Douglas
traduce a su singular lengua el poema de
Charles Baudelaire. Pero no se trata de un caso de plagio, pues el artífice
reconoce lo ajeno con un “by” en inglés – que significa “escrito por”. En
muchos de estos textos Douglas incorpora palabras de origen “selvático”, que
define como “Guaranhol-portunhol”, términos presumiblemente inventados por el
poeta; en esto es cuidadoso, respeta el crédito de otros traductores, pero
igualmente todos los textos pasan por el
regazo de Douglas, como advierte: “versión transfernandopessoainventada”, para
referirse a la intervención que se ha hecho de los textos de Fernando Pessoa,
al “portunhol selvagem por Douglas Diegues”, etc.
Finalmente, quisiera
decir que la voluntad constructiva de “Tudo lo que você non sabe es mucho más
que todo lo que você sabe” desborda el mecanismo simple de la apropiación de
algunos aspectos de obras ajenas. Como en el siglo XIV en España, los autores
populares se adueñaban “de la voz”, es decir de la melodía, del tono y,
principalmente, de determinadas estrofas familiares de la obra de algún poeta,
así parece proceder el poeta Douglas. En
el “Cancionero de Baena”, por ejemplo, hay un sinnúmero de advertencias que
dicen “tomando la voz de Villasandino…”, y luego se anota el nombre real del
poeta que quería mostrar su “poetría”. Así lo hizo Rubén Darío, cuando escribió
su “Dezir” (“a la manera de Johan de Dueyas”), lo que se puede ver más en sus
“Prosas profanas”. Pero más aún: el poeta cartonero tiene un remoto antecedente
en el Siglo de Oro español, cuando los poetas populares, que no tuvieron acceso
a las formas impresas, fueron acusados de delito por Lope de Vega (según un
“Memorial” que existe en la Biblioteca Británica) debido a que los acusados,
según Lope de Vega, narraban embustes en los pueblos y caminos sobre milagros y
aparición de la Virgen, pero más, por apropiarse de obras que no les
pertenecían. También, la transformación de una corriente pagana en poesía a lo
divino o viceversa, fue en esos siglos materia de controversia;
afortunadamente, colecciones de “pliegos sueltos” – es decir impresos que no
alcanzaron a ser libros, se hallan y se conservan actualmente en diferentes
partes de Europa, menos en España donde se produjeron. Fueron hermosamente
decorados en blanco y negro, como así es el caso de los pliegos valencianos,
antecedente de lo que hoy se llama el libro de bolsillo. Lo esencial es que
estos pliegos fueron formas alternativas y populares contra el impreso oficial,
que debía pasar por la aprobación de las autoridades eclesiásticas de la época.
Eran exactamente como ahora se construyen muchos libros de la literatura
cartonera, con pliegos grandes doblados en cuatro partes.
Por otra parte,
el mérito actual de Douglas Diegues, frente al mecanismo de sus
“apropiaciones”, es el haber superado a Nicanor Parra, cuando el maestro
chileno se adueña de un famoso poema –el único célebre y popular que escribiera
Juan Guzmán Cuchaga, “Alma, no me digas nada”. El acto de Parra alcanza el
nivel de lo satírico. En cambio, en esta colección de Douglas Diegues, sus
“apropiaciones” son de poetas y textos notoriamente célebres y universales,
como son los casos, por nombrar sólo dos ejemplos, los de Álvaro Campos, con el
“Poema em línea re(c)ta”, o de “The albatroz” de Charles Baudelaire. Aquí,
Douglas se identifica y apropia, por aprovechamiento, de la ideología que
expresan estos poetas en sus obras; uno, una rebeldía infinita y el otro, un
bello canto a la marginalidad del poeta y su obra. Con esto termino, dejo en
manos del lector esta nueva obra cartonera de Douglas Diegues, con un firme
“welcome”, compañero.
*Eduardo
Embry (1938): poeta chileno radicado em Inglaterra de larga trayectoria desde los
años 70, en el contexto de la poesia
hispano-americana. Algunas de sus obras: Poder invisible (1975), La vaca del señor don
gato (1980), Para Santos y herejes (1990), Manuscritos con el agua se borran
(antologia) (2009).
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