"La materialidad y la obra se vuelven en Ensamblaje un lenguaje distinto, que responde a la incomodidad de las autoras por la lengua patriarcal canónica. El vino, por su parte, cumple la labor de emulsionar todo el texto, trastocando nuestros sentidos y embriagándonos de placer y satisfacción por esta escritura."
Santiago, 28 de Junio de 2016 - En el Estravagario de la fundación Neruda.
Estimados
todos:
Primero que
todo, muchas gracias a Elizabeth Cárdenas, editora de La Joyita Cartonera por
invitarme a viajar estos 1000 kilómetros y presentar esta fantástica obra,
agradezco también a las poetas por invitarme a prologar su texto y al
Estravagario por abrirse a la realización de estas actividades.
Esta noche
nos reúne la poesía, la poesía de cinco autoras: Denni Zu, Mónica Montero,
Katta Urbina, Des Atada y Elizabeth Cárdenas; sus obras son las cepas que dan
paso a la configuración de vinos y varietales, y que reunidas nos han podido
entregar una excelente obra o blend.
Ensamblaje
se inserta dentro del campo literario nacional en una época en la que es muy complejo
mencionar el concepto de generación, pues incluso en este mismo texto tenemos a
las más variadas creadoras, todas muy activas en el circuito cultural nacional,
pero no adictas a los nombres que les puedan entregar una clasificación ni una
organización estamental. Tal vez algo que las puede definir tipológicamente es
el texto femenino, el que tal como menciona Carmen Berenguer, en el discurso
del recibimiento del Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda “Un texto
femenino se reconoce por el hecho de que es interminable siempre, sin finales:
no hay clausura, el texto no termina, el texto femenino sigue y sigue y llega
al punto en que el volumen se acaba pero la escritura continúa y para el lector
esto significa algo así como ser lanzado al vacío, por eso para muchos es
difícil de leer”. Sin embargo, es por esto que estamos abiertos a su
continuidad.
La
escritura y en particular la poesía de mujeres se asocia y se ha asociado
siempre a un devenir romántico y sensual, pero nunca está bajo la idea de
transgresión ni política. Sin embargo, en Ensamblaje estos conceptos resultan
pertinentes, porque no solo el quiebre del logos es representado por estas
poetas, sino también en su materialidad. Esta obra está teniendo su primera
edición en La Joyita Cartonera, micro editorial que tiene entre sus haberes más
de 10 títulos y que ha penetrado en el circuito nacional con mucha gallardía,
incomodando mediante las imágenes de sus obras, la tipografía y el material
cartonero.
La
materialidad y la obra se vuelven en Ensamblaje un lenguaje distinto, que
responde a la incomodidad de las autoras por la lengua patriarcal canónica. El
vino, por su parte, cumple la labor de emulsionar todo el texto, trastocando
nuestros sentidos y embriagándonos de placer y satisfacción por esta escritura.
Comenzamos
a saborear con Des Atada, quien nos presenta una sinuosa combinación de versos
en los que encontramos una profunda búsqueda al sentido de nuestro quehacer
humano, un regreso a la memoria y una reflexión de las cotidianeidades de la
vida. Seguimos con Denni Zu, quien se burla de la seriedad del convite con
poemas que tocan la sexualidad, el desenfreno, la locura y lo primitivo. Luego
saboreamos los textos de Mónica Montero, quien le agrega complejidad a esta
mezcla de sabores. En sus poemas se cuestionan las identidades femeninas, se
narran sensualidades y se evocan silencios sepulcrales. Luego es el turno de
Katta Urbina, esta poeta evoca a las diosas grecolatinas para que podamos
sentir la corporalidad de sus palabras. Su texto nos lleva a otro lugar, en el
que este mismo festín se hace poema y meta poesía del mismo poemario. Bebemos
el último sorbo con Elizabeth Cárdenas, quien nos deja la misma intensidad del
brebaje. Esta poeta reúne silencios, cuerpos y espacios en un dinamismo
inigualable; trabaja problemáticas contemporáneas y se ríe de la materialidad
actual. Finaliza esta obra “La Renacida”, poema de esta última autora, que
conjuga la sensualidad y profundidad de este “Ensamblaje”.
Estas
poetas alcanzan la excelencia gracias a la contribución de cada una de sus
cepas, esto es lo que hace que este texto sea tan atractivo. A continuación los
invito a deleitarse con “Ensamblaje”, poemario con el que podrán saborear
diferentes colores de la poesía, escrita por estas cinco mujeres chilenas.
Muchas
gracias.
Alejandra Águila M.
Crítica literaria
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